ENERO 2006

Finalmente Encontramos el Discurso de Graduacion

CALLAO HIGH SCHOOL

 COLEGIO AMÉRICA

 BODAS DE PLATA - PROMOCIÓN PAX 73

1973 - 1998

 

DISCURSO DE GRADUACIÓN

 

Hasta que por fin llegó el gran día.  Luego de casi dos años de reunión tras reunión, de coordinación en coordinación, de reencuentros muy gratos y emocionantes, llegó el día de nuestra graduación.  Y digo graduación porque, a pesar de haber egresado de este colegio, recuerdo que las promociones posteriores al año 1968, debido al momento político que vivíamos, de un nacionalismo dictatorial, mal orientado y resentido, el gobierno militar prohibió las ceremonias de graduación de este tipo por ser de un estilo muy "a la americana", o sea, alienante, que deformaba la realidad en que vivíamos, o aquella que el gobierno de facto "quería que viviéramos".  Y fue la época en que las togas actuales comenzaron sus años "naftalínicos" como les llamo, y que por poco pasan de ser guindas a ser "verde honguito".  Gracias a Dios, esos años han pasado, y nuestra generación, golpeada por los constantes cambios, limitaciones y privaciones dictatoriales, sufrida y devaluada en sus libertades, supo sobreponerse y retomar el camino de la democracia.  Nuestra promoción pertenece a esa generación de hombres y mujeres forjadores de estos cambios, y que hoy estamos presentes, aquí, con el espíritu, la fuerza y el entusiasmo de siempre, para decirles:  hemos sobrevivido.

 

Seguramente ustedes, en su gran mayoría familiares de los que estamos en el escenario, se sorprenderán y estarán tratando de reconocernos, o estarán comentando desde sus asientos cosas como:  "mira a fulano, qué canoso que está", o "fulana, acaso era rubia?", o "mira, qué gordo está ese muchacho", y, por supuesto, habrán otros comentarios de que fulanito o fulanita "están igualitos, no han cambiado nada".  Por suerte a la distancia a la que nos encontramos, impide distinguir maquillajes, tintes de pelo, implantes, estiradas, fajines y hasta color de ojos arrebatadores, los que apreciarán más de cerca en los saludos luego de la ceremonia.  Pero sean piadosos y recuerden que también nosotros trataremos de reconocerlos a ustedes.  Y es que después de 25 años, quién no cambia!  Sería un engaño tratar de negar que hemos cambiado.  Son 25 años que han transcurrido desde que salimos de este colegio, y, si sumamos 12 años más que fueron los que compartimos en las aulas, son 37 años en total.  12 años viviendo día a día, y 25 años después seguimos unidos.  Es toda una vida.  Y estamos aquí, 25 años después, orgullosos de volver a nuestra alma mater.

 

Señoras y señores, en esencia somos los mismos.  Somos básicamente las mismas personas que egresamos de este colegio las que estamos frente a ustedes, claro que sí, pero con una pequeña gran diferencia:  con un camino recorrido, con experiencias acumuladas muy valiosas, conscientes de nuestro presente que al final es el que se vive, deseosos de un mejor futuro para nosotros y los nuestros.  No me estoy refiriendo a que si somos grandes profesionales, empresarios, políticos, funcionarios, empleados, amas de casa, etc., sino a la calidad de personas, porque gracias a Dios, a nuestros padres y a nuestros profesores, egresamos de este colegio como hombres de bien, preparados para enfrentar y recorrer el duro camino de la vida con éxito, sea cual fuere el campo de acción que elegimos, hombres y mujeres preparados para la vida.

 

Recuerdo hace 37 años cuando postulamos e ingresamos a nuestro querido colegio.  Aunque ustedes no lo crean, recuerdo aún la lista de los alumnos de transición, que en cada reunión de promoción actualmente me hacen repetir.  Algunas de las anécdotas que recordamos nos trasladan a esos momentos y volvemos a vivirlos por unos instantes, con la nostalgia del que sabe que los disfrutó y supo aprovecharlos.  Nuestra convivencia entre hombres y mujeres, compartida desde transición, decisión tan acertada y vanguardista en esos años, nos desarrolló el concepto de respeto mutuo, de equilibrio de caracteres, de compartir, concepto tan importante en la vida, y el de comportarnos con tal naturalidad ante cualquier situación, que nos distinguía entre nuestros contemporáneos de otros colegios.  Ser alumno del Colegio América era todo un orgullo, y una tremenda responsabilidad por todo lo que significaba, pues llevamos marcado en nuestro ser el lema "Cultura, Honor y Servicio",.  Aún en nuestros días se mantiene esa distinción, pero, en esos años, la metodología de enseñanza y de formación integral era de vanguardia.  Hoy existen Centros Educativos que tratan de imitar la metodología del Colegio América, y eso es saludable y positivo ya que lo bueno se imita, pero sigo afirmando que, tanto el alumno como el ex-alumno del América se distinguen sea cual fuere su ocupación, pues han sido orientados hacia la vida.

 

El amor inculcado hacia el colegio, las relaciones y actividades con la familia, y nuestra formación cristiana como hijos de Dios, respetando creencias religiosas personales, formaron nuestro carácter, elevaron nuestro espíritu, crearon nuestra escala de valores, reforzaron nuestros principios de veracidad, honradez, responsabilidad y trabajo.  Los conocimientos adquiridos en las distintas materias estudiadas, nos permitieron desarrollar nuestra cultura, descubrir otras dimensiones del saber, e ir creciendo como seres pensantes;  nuestra libertad para opinar, refutar, participar en decisiones, dialogar, desarrolló en nosotros el respeto mutuo, el compartir, el convivir en paz, donde primaba la razón antes que la fuerza.  En resumen, contribuyeron a formarnos con criterio, con personalidad, con decisión.  Dicho en otras palabras, a moldearnos como jóvenes maduros, listos para la carrera de la vida.

 

Hace un par de años leí en una revista de avances científicos, que en las últimas dos décadas, el hombre, ayudado por los avances de la Ciencia, había duplicado sus conocimientos desde los inicios de la Historia hasta nuestros días, y que, en la próxima década, va a duplicar lo actual.  Fabuloso!  Eso quiere decir que hoy el hombre tiene mucho más que estudiar que antes.  Suerte que ya no estamos en el colegio, sino no sé cómo la pasaríamos alguno de nosotros.  Pero lo fabuloso de todo ésto es que, gracias a los adelantos científicos, se han desarrollado otras ciencias, y han aparecido algunas nuevas, que han revolucionado los conocimientos adquiridos años antes, poniendo en duda muchas de las teorías ya aceptadas, descartando algunas y desarrollando otras nuevas y revolucionarias.  Los viajes al espacio son cada vez más reveladores, y los nuevos descubrimientos nos han llevado a ampliar las fronteras de lo que creíamos era el Universo, tan inmenso e infinito, como misterioso y oculto.  Hoy podemos reconstruir por medio de un fragmento de hueso encontrado en alguna excavación arqueológica, la edad, sexo y estatura de aquel hombre o mujer, lo que comía, sus costumbres, sus enfermedades, y cómo desarrolló su hábitat, su campo de influencia, su nivel de desarrollo, su aporte a la cultura, la edad en que murió, etc.  Hoy en día se curan distintos tipos de cáncer, y la medicina está tras la cura del mal del siglo:  el sida.  Actualmente ya no se puede negar la paternidad de un hijo, ya que, por medio del ADN, la ciencia puede determinar con exactitud dicha paternidad.  Hoy cada día somos más conscientes de que el hombre debe cuidar su mundo, y el concepto de lo ecológico está muy arraigado en nuestro diario vivir.  Hablamos de paz armándonos para la guerra, y hoy las guerras ya no duran 100 años, sino días u horas, guiadas por satélites, con armas tan sofisticadas como destructivas, de consecuencias mucho más desastrosas tanto como impredecibles.  Hoy más que nunca, nuestra supervivencia depende cada vez más de menos botones, y creo que el ser humano vale mucho más que un botón, no creen?  Pero todos estos adelantos o conocimientos no hacen que el hombre sea necesariamente más sabio.

 

Bill Gates, uno de los grandes genios de nuestros días, fundador de Microsoft, una empresa de cerca de 20,000 empleados, y que factura anualmente cerca de 7,000 millones de dólares, creador del lenguaje de las computadoras actuales, en su libro "Camino al Futuro", hace un análisis visionario de lo que será la próxima década, y de lo que significarán esos cambios en nuestras vidas, en nuestro comportamiento y en nuestras costumbres.  Algunos de esos cambios ya los estamos experimentando pero de manera muy superficial, como lo es la Internet.  Muchos de estos adelantos harán que nos adaptemos a nuevos hábitos de comportamiento, de estudio y de trabajo, conectados a la gran autopista de la comunicación, desde una computadora personal.  Pero ninguno de estos cambios, por más útiles que sean, nos harán necesariamente más sabios.  Ninguno de estos adelantos serán beneficiosos si es que no tomamos un espejo de vida y nos reafirmamos como seres humanos pensantes y con criterio para asumirlos, enfrentarlos y aprovecharlos.  Nada de ésto nos servirá si no nos formamos como hombres y mujeres de bien, con criterio, preparados para la vida.

 

Señores padres de familia, profesores y directores, tenemos mucho que agradecerles, porque los hombres y mujeres que estamos ante ustedes, somos fruto y resultado de la formación recibida desde nuestros hogares, continuando en el colegio, guiados a ser hombres de bien, con criterio formado, decididos, ganadores, útiles a la sociedad.  Gracias de todo corazón, porque en cada uno de nosotros hay parte de ustedes, y pueden sentirse orgullosos y seguros de que no los vamos a defraudar, pues sería defraudarnos a nosotros mismos.

 

Hoy, 25 años después, claro que hemos cambiado, y para bien!, porque hemos sabido emplear las herramientas puestas por ustedes y elegidas por nosotros para ser usadas cada una en su debida ocasión, porque El Señor Todopoderoso ha permitido que seamos testigos de excepción de este momento, y que lo vivamos con intensidad y humildad, agradecidos a Él y a ustedes.  Gracias nuevamente a nuestro querido colegio por seguir siendo formador de hombres con criterio, hombres y mujeres de bien, útiles a la sociedad, y que pretendemos serlo por muchos años más.  Tal vez muchos de nosotros no estemos en este mundo para festejar nuestros 50 años, pero aquellos que lleguen, seguirán teniendo el mismo espíritu de hoy, guiados por aquellas simples y sabias palabras que hoy entendemos y practicamos a cabalidad:  ENTRAD PARA APRENDER, SALID PARA SERVIR.  Muchas gracias.

  

Callao, 22 de agosto de 1998.

  

Alvaro Ponce de León Beltrán

Promoción PAX 73

  

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